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#SeresBahienses | 🚛🙋‍♀️ Evelyn Sánchez, recolectora y chofer: al volante del reciclado

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Evelyn Sánchez tiene 25 años, vive en Cerri y trabaja en Bahía Ambiental Sapem: antes barría las calles y ahora maneja un camión de la recolección diferenciada de residuos. Es decir, va al mando del vehículo que junta lo que la gente recicla y saca a la calle.

El servicio aún no funciona en todos los barrios, pero de a poco se van sumando nuevas rutas. Evelyn lleva 1 año haciendo recorridos del turno mañana.

—Se dio la propuesta y dije que sí —le cuenta a 8000—. Buscaron entre las chicas que ya estaban en la empresa y yo tenía el carnet habilitado.

Para Evelyn, se trata de un ambiente familiar: su papá José trabajó en la recolección durante 30 años, y también fue chofer. Jamás pensó que ella haría lo mismo.

Completan la familia su mamá Claudia Acevedo y sus hermanas mayores Natalia y Maricruz.

—El que me transmitió esto fue mi viejo. Si ellas lo tuvieran que hacer, calculo que no se acostumbrarían…

Su viejo le enseñó a manejar cuando ella apenas tenía 14 años.

—No explicaba con paciencia, pero aprendí igual —bromea Evelyn—. Era: “Vos querés manejar, tenés que aprender”, y creo que eso fue lo que me hizo agarrar el camión así nomás. Ya la tenía clara con el auto y dije: “Es tema de dimensión nomás”. Y me fue bien.

—¿Cuál fue la reacción de tu familia? ¿Qué le pareció que manejes el camión? 

—Mi familia, recontenta. Que yo siga los pasos de mi viejo fue una banda, siempre me animaron: “Sí, sí, hacelo”. Me apoyaron.

Evelyn suele trabajar con Micaela Aquino (24) y Mariana Pagani (35), que van en la parte trasera del camión y buscan los residuos.

—¿Qué recordás del primer recorrido?

—Y… nos costó, nos costó… Me costó la ruta, las calles; estábamos con las chicas con un mapa, con el GPS, viendo cómo íbamos. Fue nuevo para todas. Entre las 3 logramos hacer el recorrido y ver la manera de trabajar… Hoy ya la tenemos reclara.

No siempre andan por el mismo sector, ya que las rutas son rotativas: lunes y jueves les toca macrocentro, martes Pedro Pico, miércoles Kilómetro 5, viernes San Cayetano y sábados Universitario.

Arriba del camión, Evelyn ve otra Bahía:

—Lo que más me llama la atención es que hay mucha gente laburando todo el día, muchas bolsas de basura… Uno no se da cuenta de lo que la gente tira, porque no va prestando atención.

Micaela (izquierda) y Mariana: las compañeras.
  • ♻️ El servicio de recolección diferenciada se encarga de juntar todo lo que se puede reciclar, los llamados comúnmente residuos secos: papel, cartón, recipientes descartables, plástico, vidrio, aluminio, telgopor, tetrabrick y sachets.

Son todas chicas haciendo esta tarea: el grupo de Evelyn inauguró el servicio a la mañana y al tiempo se sumó el turno de la tarde. En total hay 6 trabajadoras.

—No era algo normal ver mujeres en la recolección, pero bueno, vamos: somos poquitas, pero estamos.

—¿Es difícil adaptarse a un entorno que históricamente fue masculino? 

—A nosotras no nos costó. Yo creo que les costó más a los hombres: ver que podemos hacer casi el mismo trabajo que ellos no es fácil. Era una empresa donde manejaban y recorrían todos chicos…

De a poco, la cosa va cambiando. Y Evelyn espera que sean muchas más mujeres:

—Que no piensen que no pueden, porque todos pueden hacer todo. Hoy nosotras estamos en el reciclado, pero nadie dice que sea tan difícil la recolección común o algo de eso. Está bueno animarse y creer que podés

El camión recolector está estacionado en 2 de Abril y Cuyo, en el barrio San Cayetano. Es una fría mañana otoñal. Evelyn se sube, lo pone en marcha y nos avisa:

—Ahora hacemos un rulo, llegamos hasta la costa del canal y volvemos por la otra.

Micaela y Mariana ya están acomodadas atrás, paradas. Y cuando ven alguna bolsa, bajan, la agarran, la tiran dentro del camión y vuelven a subir, rápido.

Bueno: casi siempre suben…

—¡Evelyn se ha olvidado de nosotras! —dicen.

—Y… hay veces que pasa —reconoce la conductora—. Por ahí, estoy prestando atención a que se bajó una y no veo a la otra… No pasa seguido, pero siempre tenés algo para reírte. Nos reímos bastante, por cualquier cosa, la llevamos bien.

Las chicas trabajan de lunes a sábado, de 8 a 14, y el recorrido siempre termina en la ecoplanta de General Cerri, donde hacen la descarga.

  • ♻️ Llevan material reciclable que la gente deja en los canastos de basura, ya sea en bolsas verdes o con cualquier otro envoltorio que indique “residuos secos”.

No importa el color de la bolsa: la idea es que esté diferenciada para que las chicas no tengan que abrir cada una, explica Evelyn:

—La mayoría de las veces está bien separado. Los que reciclan ya saben qué es lo que tienen que poner y qué no, pero bueno, nos hemos encontrado cenizas de salamandra, pollo podrido…

Lo que más disfruta Evelyn es andar entre la gente, al aire libre, y aprender junto a sus compañeras. Asegura que el trabajo está bueno, y requiere principalmente 2 cosas: gusto por el manejo y mucha paciencia.

—¿Qué es lo más complicado del tránsito bahiense? 

—Que la gente anda apurada. El camión es muy grande y se enojan porque no los dejás avanzar o porque te estacionás justo en un lugar donde ellos quieren estar. En pleno centro, no aguantan ni 2 minutos a que las chicas bajen a buscar una bolsa.

A veces hay autos estacionados de ambos lados y cuesta avanzar. Pero, en general, dice que el manejo es “tranqui”.

—La peor parte se la llevan ellas: el frío, el calor… —dice Evelyn, mirando a sus compañeras—. Después, manejar es como ir manejando un auto.

Su vida laboral arrancó a los 19. Primero fue cajera en un supermercado chino, luego trabajó levantando pedidos para una fábrica y finalmente llegó a Bahía Ambiental Sapem, donde hizo 2 años en barrido antes de pasar a la recolección.

Tuvo unos días de práctica y arrancó: “Iré despacio, me tendrán que tener más paciencia, pero voy”, se dijo a sí misma.

—Algunas calles no están en buen estado, ¿cómo se manejan con eso? 

—Entre la gente que para mal los autos y las obras, se nos complica, pero vamos buscando los lugares buenos para pasar; si no, el camión se tambalea y la idea es que las chicas no se golpeen.

Mientras Evelyn habla, pasa una señora caminando y saluda. No es inusual: si bien algunos insultan o se desesperan por el tránsito, la mayoría tiene buenos gestos.

—Hay un montón de gente que saluda, que para el auto para decirte “felicitaciones”, que sale de la casa para saludarte. En general, la gente se alegró mucho. Mucha gente grande se copa, gente chica también, van entendiendo que esto avanza, y ya te digo: ver a las mujeres en el camión sorprende.

—¿En la calle las putean por ser mujeres? 

—Sí, sí. Hay gente a la que le causa no sé si impresión, pero nos ve y se sorprende. Y otra gente nos dice “conchuda”, “boluda”… Pero, bueno: creo que así es Bahía y así son los argentinos, están acostumbrados a putear a todo el mundo

—¿Vos reaccionás? 

—Muchas veces no respondo. Y hay veces que respondo dentro mío o en el camión, que no me escucha nadie. Muchas veces no tienen razón: la gente va apurada, piensa que está todo mal y nosotras estamos haciendo nuestro trabajo.

El apuro es tal que Evelyn ya no se acerca al cordón: frena en el medio de la calle.

—Si acerco a mis compañeras al canasto, se las llevan puestas porque no las esperan de ningún lado para volverse a subir. Entonces, hasta que ellas no se suben, no muevo el camión. Sabes qué, ¿no? ¡20 puteadas atrás! Pero no se puede hacer otra cosa.

Si bien se avanzó un montón con el reciclado, aún cuesta crear conciencia: para Evelyn, el éxito está en que haya mucha información y la gente esté predispuesta.

Según sus recorridos, Pedro Pico, Palihue y Patagonia son 3 de los sectores que más contribuyen. Y hay barrios que aún no están dentro de las rutas de recolección diferenciada pero juntan por su cuenta, como Villa Mitre, Anchorena, Bella Vista…

Esa acción, resalta, tiene un valor muy importante porque una de las tareas más difíciles es que la gente quiera reciclar y aprenda cómo separar correctamente.

—Las chicas se toman el trabajo de separar lo que está bien y lo que está mal, pero algunas veces no lo juntan, porque, vos imaginate, llevarte un cartón o algo lleno de vidrio, o todo mojado, sucio… Ese producto está perdido.

En su trabajo, Evelyn ve muy de cerca lo mal que le hacemos al planeta, y por eso invita:

Si uno con un granito de arena, reciclando, puede aportar, es un montón.


Producción, videos y edición audiovisual: Tato Vallejos

Producción y texto: Belén Uriarte

Fotos: Eugenio V.

Idea y edición general: Abel Escudero Zadrayec


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