🎇 “Si un judĂ­o golpea mi puerta le darĂ© agua y comida”, dice un bahiense en Palestina

Publicado el 11/10/2023.


Por Maximiliano Buss / Especial para 8000 (*)


Una tarjeta de identidad

Yo no odio a la gente.

Yo no le robo a nadie.

Pero si tengo hambre

como la carne de mi usurpador

ten cuidado, ten cuidado de mi hambre

y de mi ira.

Mahmud Darwish

—A los israelĂ­es los recibimos como huĂ©spedes. Como Argentina recibiĂł a los inmigrantes. Eso hicimos los palestinos en 1948. Y despuĂ©s nos encerraron. Pero si un judĂ­o golpea mi puerta esta noche le darĂ© agua y comida.

Faisal Malak vive en una casa que levantĂł con su esposa en Tulkarem, una ciudad palestina de Cisjordania, a 10 kilĂłmetros del Mar MediterrĂĄneo. En 2002, cuando llegĂł a BahĂ­a, adoptĂł la nacionalidad argentina antes de volver a Palestina en 2014.

CreciĂł con la cultura musulmana, escucha los recitados del mĂ­stico sufĂ­ Rumi, pero dice que no cree en Dios. Por eso prefiere leer al revolucionario poeta ĂĄrabe Mahmud Darwish.

Su madre siempre estuvo convencida de que AlĂĄ (Dios) liberarĂ­a a Palestina. 

Él confĂ­a mĂĄs en la resistencia de los palestinos. 

Mientras tanto, despuĂ©s de que los militantes de Hamas cruzaran la valla que rodea la Franja de Gaza, el nĂșmero de muertos en Israel aumentĂł a 1.200 y mĂĄs de 2.700 resultaron heridos y los ataques de represalia israelĂ­es mataron a 1.100 personas e hirieron a 5.339 y unos 535 edificios residenciales fueron destruidos dejando a unas 250.000 personas sin hogar, segĂșn reporta la agencia de noticias Reuters. 

—Mis hijos (tiene 2 hijas de 10 y 8 años y un hijo de 7) tienen miedo. Pero yo no. A nada ni a nadie. Te juro.

Y eso que solo vive a 2 horas de la Franja de Gaza, de “la guerra”.

—Gaza es tan grande como Bahía, tiene 2 millones de palestinos que no pueden entrar ni salir porque está encerrada por los israelíes. Imaginate lo que es vivir así. En Gaza están los grupos militares de resistencia. Está Hamas y una docena más. Ellos protegen a los ciudadanos que son atacados por Israel. Porque los colonos nunca dejaron de matar palestinos. 

Faisal dice que la sensaciĂłn en Gaza es de encierro, que llevan mĂĄs de 30 años asĂ­, que en algĂșn momento iban a explotar. 

Y eso estĂĄ pasando ahora.

Tulkarem, su ciudad, tambiĂ©n quedĂł rodeada por un muro despuĂ©s de la Ășltima rebeliĂłn de los palestinos contra Israel.

—Soy ingeniero electricista y cada vez que voy a mi trabajo, en Ramala, tengo que pasar  4 puestos de control israelĂ­es porque sus soldados siempre cortan las rutas. 

Hoy no hay gas, agua ni comida en muchas ciudades cercanas. Los hospitales estĂĄn colapsados. Hay 1.500 muertos. Las calles estĂĄn abrojadas de palestinos que salen a protestar mientras el grupo armado HezbolĂĄ avanza sobre el norte de Israel. 

Todo eso cuenta Faisal, mientras escucha de fondo Al Jazeera. 

—Yo no me puedo ir. No puedo hacer mucho, acompaño con mi voz en la calle la resistencia palestina.

—¿QuĂ© sensaciĂłn te provoca la muerte de niños, mujeres y hombres del otro lado de la frontera que no estĂĄn armados, que nada tienen que ver con la ocupaciĂłn?

—Ante la guerra no solo hay que sentir sino razonar por quĂ©. Por quĂ© llegamos hasta acĂĄ. Palestina es chiquita, como de BahĂ­a a Pedro Luro o un poco mĂĄs. Hoy tenemos apenas un 22% de lo que era el territorio palestino. Luchamos para que respeten la frontera y nos devuelvan lo que nos pertenece. Estamos bajo una ocupaciĂłn. Los israelĂ­es destruyeron asentamientos y la poblaciĂłn palestina, que es en su mayorĂ­a cristiana o musulmana, fue vĂ­ctima de una limpieza. Por eso tenemos que ser dueños de esta tierra. Para que eso no siga pasando.

Un villero

Faisal conoció a un grupo de argentinos cuando estudiaba en Escocia en 1998. En 2002 lo invitaron a nuestro país y se vino. Vivió un par de años en el sur de la ciudad de Buenos Aires hasta que un día quiso conocer mås, agarró un mapa y salió a la ruta. Así se chocó con Bahía Blanca, cuenta.

Completó unos cursos de electricista en la Universidad Nacional del Sur al tiempo que aprendía castellano. Poco después consiguió trabajo en una empresa proveedora de insumos marítimos y empezó a cambiar repuestos de buques en el puerto de Ingeniero White.

—EmpecĂ© a recorrer la zona tambiĂ©n: desde Sierra de la Ventana hasta San Blas y RĂ­o Colorado. Me gustĂł tanto que primero me hice la residencia en BahĂ­a y despuĂ©s el documento de identidad y el pasaporte argentino. No fue fĂĄcil porque me decĂ­an que Palestina no era un paĂ­s. Tuve que pelear mucho. Pero ahora soy argentino, bahiense
 y de Villa Mitre.

(*) ✍ Maximiliano Buss pasĂł por lanueva.com y por La NaciĂłn, de cuya maestrĂ­a en periodismo es egresado. En 8000 ya contĂł otras historias:

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