—¿Desde dónde construís un proceso de creación que después se materializa en un libro, en un papel…? —pregunta Pepe.
—La imagen es la del tipo que espera la ola para hacer surf —devuelve Luis—. Estás como en un estado de umbral con todos los sentidos puestos en esas ondulaciones hasta que en un momento aparece la ola y ahí empezás a surfearla.
Así empieza el mano a mano entre el dorado Pepe Sánchez y el escritor Luis Sagasti en el evento público por el segundo aniversario de 8000 y la despedida de 2022.
Un encuentro extraordinario en el Museo del Deporte, desbordante de #OrgulloBahiense, que tiene un disparador: los procesos creativos.
🧠 Hacer arte
Pepe dice que el deporte puede ser una expresión artística o simplemente una destreza. Y que para que haya expresión artística se necesita pausa, que es muy difícil de lograr.
—Messi es el ejemplo extraordinario: él está en una pausa activa, mapeando todo (si pudiéramos medir lo que pasa en ese cerebro sería algo extraordinario) y en el momento de la acción, desaparece el pensamiento y lo que hay es intuición.
Explica que necesariamente se diluye porque el pensamiento estorba la acción: pensar requiere tiempo y la acción se ejecuta en cuestión de segundos.
Y otra vez vuelve a Messi: en el primer gol contra Países Bajos, nuestro crack hace un movimiento y toca la pelota sin ningún tipo de contacto visual, ni con el espacio ni con el compañero, porque tiene suficientemente mapeada la situación.
—Vos lo ves y decís que es un artista, no es un deportista. Sí, es deportista porque corre, porque hace una destreza física, pero lleva la destreza física a otro lugar y la convierte en una expresión artística.
Luis coincide: se trata de ir captando y reteniendo cosas hasta que en un momento “bajan”. Y mete de ejemplo “La Anticábala”, la reciente columna que la cronista argentina Leila Guerriero hizo para El País.
—Creo que es lo mejor que se ha escrito en el Mundial. Cuenta que por cábala el padre tiene que irse de la casa. Cómo resuelve eso… —dice con admiración—. Te das cuenta de que la resolución de la cábala de la familia “Bueno, papá, andate”, que tiene una dimensión espiritual y poética de la gran puta, la tuvo hace años en la cabeza.
🤑 El costo de ser original
A Pepe le llama la atención cómo los latinos “endiosamos la originalidad” y nuestra “devoción porque escuchen nuestras ideas”, siendo que en los procesos creativos la originalidad “no tiene peso propio”.
Y plantea un problema: es muy difícil y muy costoso ser original. Por eso, sostiene que muchas veces se trata más de copiar lo que está, de modificarlo, de hacerlo mejor.
—La originalidad es un valor en esta sociedad moderna o post moderna, que siempre invita a lo nuevo. Entonces a veces se vincula la originalidad con lo bueno y no necesariamente tiene que ser así —dice Luis—. Pero creo que está mal o es erróneo proponerse ser original: si bien la originalidad es un valor, no debe ser una meta.
Agrega, no obstante, que siempre hay cosas por hacer:
—Estamos en un momento que no tiene antecedentes en la historia humana: nada cambió tan radicalmente en tan poco tiempo. Esto tiene un arte que lo expresa, una música que lo expresa… Pero para hacer algo nuevo, uno tiene que conocer las reglas. Conocerlas para romperlas, si no lo único que rompe son las pelotas.
🤯 El algoritmo
Para Pepe, hay una gran tensión entre el ser humano y el dato, entre la eficiencia y la improvisación creativa. Y lo lleva al campo deportivo: si comparás el juego actual con el de hace 15 o 20 años ves que hoy “tiene una matriz muy fuerte de cuasi robot”.
El mundo de los datos le parece atractivo, útil. Pero señala:
—Al final del día la diferencia la terminan haciendo los individuos que tienen esa capacidad para saltearse las reglas.
—¿Y hay forma de entrenar eso o estimularlo? —pregunta Luis.
—El estímulo de la creatividad mata la eficiencia —dice Pepe—. ¿Por qué? Porque para estimular la creatividad tenés que permitir el error, y el error no es eficiente. Necesitás procesos largos donde puedas decir “equivocate, pero experimentá”.
La ciencia del deporte y la ciencia conductual, continúa, van en ese sentido de optimización. Y otra vez aparece como contra la pérdida de la magia, de lo intuitivo.
—Creo que también va cambiando la percepción —aporta Luis—. La gente va creciendo con eso y por ahí termina admirando ciertas formas de eficacia deportiva…
Sin embargo, considera que el arte debería correrse del algoritmo.
—En el deporte también predomina el algoritmo: hay que tirar tantos triples, tantos dobles… —sostiene Pepe—. Antes recompensábamos lo original, la espontaneidad; hoy se recompensa el algoritmo.
Luis plantea 2 formas de hacer arte, de gambetear, de romper con ese algoritmo.
—Están las obras que directamente te descolocan, como la obra del bahiense Mario Ortiz, que es un genio, inventó un género… Y obras como las de Leila Guerriero: una narración clásica donde al final te hace una faja, un amague y decís “¡hija de puta!”.
👁️ Percibir y redescubrir
Luis dice que en acrobacia generalmente miramos al que pega las vueltas, no al que calcula para poder agarrarlo. Y en el deporte pasa igual: vamos con el que tiene la pelota…
—El que realmente sabe mira qué hace el resto —diferencia el escritor—. Pero no nos educan para eso.
—Tal cual. Si supiera de fútbol vería el juego, pero la pelota me gana siempre —reconoce Pepe—. En cambio, en el básquet, no miro la pelota, miro los comportamientos.
Cuenta que esa manera de ver el juego le permitió redescubrir y reenamorarse del básquet después de los 40. Fue un proceso de un año en el que hizo el ejercicio de no mirar la pelota: le costó bastante, pero pudo escribir una nueva metodología.
—Empezamos a investigar que el jugador que más tenía la pelota en el mundo la tenía 6 minutos; el promedio son 2 minutos y los jugadores interiores la tocan 30 segundos. Y dijimos “vamos a entrenar respecto a lo que pasa”: si vos la tenés 30 segundos probablemente no tenga tanto sentido que entrenes 1 hora y media con la pelota.
Es lo que Pepe llama expectativa-realidad.
—Entrenamos las expectativas, pero después jugamos la realidad y en el medio aparece la frustración. Pero es porque estamos poniendo las expectativas altísimas.
Otra cuestión que observa es la constante necesidad de poner el ojo en lo que el jugador no tiene: va bien a la derecha pero no a la izquierda, “entonces vamos a entrenar a la izquierda”.
—Hay una gran obsesión por construir desde las no virtudes. Queremos construir un equipo desde unas virtudes que no existen, que están en la expectativa, cuando podríamos construirlo desde las virtudes que tenemos y potenciarlas.
💪 Recompensar e incentivar
Pepe dice que los latinos somos tierra de originalidad. Estamos en una búsqueda permanente de excepcionalidad, que “nos genera otras cuestiones”. Y aclara:
—En los grandes equipos tenés que tener todo: la excepcionalidad y la recompensa permanente hacia el que se lleva la marca.
Como buen representante de nuestra Generación Dorada, traza una línea entre aquel equipo que conquistó los Olímpicos en 2004 y “La Scaloneta”: así como en Atenas Fabricio Oberto hacía “el trabajo sucio” para que nuestro Manu Ginóbili pudiera salir a tirar, hoy el equipo de Lionel Scaloni también muestra ese espíritu colectivo.
—Cuando un jugador que no juega alienta, cuando un jugador se pone contento porque a un compañero le va bien… Cuando aparecen esos patrones y hay talento y hay juego, aparecen las posibilidades de éxito.
Después entrás a la cancha y podés ganar o perder pero, insiste, las posibilidades de éxito se hacen mucho más fuertes. De ahí, la importancia de recompensar al que se lleva la marca, algo que no es tan habitual en lo cotidiano.
—Hacemos un culto de la excepcionalidad que nos da como resultado fenómenos de vez en cuando, pero no continuidad. No creo que haya que matar una cosa o la otra: tenemos niveles de pasión, competitividad, toma de riesgo, que no hay que perder.
Y Luis cierra:
—Deberíamos incentivar a ir por fuera del algoritmo, a ir por lo que está descentrado y tratar de ver que no sólo el cantante levanta minas, el bajista también puede levantar.
🥳 Los primeros 2
- Es el segundo evento en nuestros cortitos 2 años. ¡Y vendrán más!
- En el arranque, Agustina Arias (la voz de nuestros audios) y un tremendo acústico:
- 🙌 ¡Muchas gracias a quienes nos acompañan! Y al museo y su gente por la gran mano.
- 📲 En este enlace podés ver la charla completa.
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Edición audiovisual: Tato Vallejos
Texto: Belén Uriarte
Fotos: Eugenio V.
Edición general: Abel Escudero Zadrayec
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