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Daniela Katz, bahiense en Israel: un futuro mejor, mientras vuelan los misiles

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Por Maximiliano Buss / Especial para 8000 (*)

👉 Miércoles 12 de mayo de 2021, Ramat Gan, Tel Aviv, Israel. 19:20:

—Tuve muchas épocas de estar sola, de padecer… ¡Uy! ¡Sí, rega! Perdón…

Rega en hebreo quiere decir “pará, bancá, un momento”.

Daniela agarra su celular y la imagen se corta. De fondo se oye una sirena.

Ahora sólo se escuchan sus pasos en la escalera. La imagen vuelve y Daniela está sentada en un lugar oscuro. Su cara se congela por unos segundos. La videollamada se corta.

Ya perdió la cuenta de las veces que se tuvo que esconder en el refugio del segundo piso desde que empezaron a volar misiles por el cielo de Israel, el país que eligió para vivir con su novio en 2019 y así “tener un futuro mejor”.

Daniela Katz es de Bahía, tiene 23 años y trabaja en una guardería. Su novio, Román Karlin, también de 23, es de Rosario y cumple con el servicio militar obligatorio en el Ejército israelí.

Se conocieron en 2012 en un campamento de Hejalutz Lamerjav, una organización de estudiantes judíos que en 2016 los llevó a vivir en Israel durante un año. Entonces se pusieron de novios.

Pero el clima de esta primavera es otro.

Por la tensión entre el Movimiento de Resistencia Islámica y el Estado de Israel, las sirenas no se callan y los misiles revientan por ahí.

—Mi novio estaba en una base en Dimona, una ciudad alejada del conflicto. Pero me llamó para avisarme que se tiene que ir a preparar porque en colectivo lo llevan a Beerseba, cerca de la frontera de la Franja de Gaza. Quieren que esté preparado en caso de que tengan que entrar a pie al territorio donde están los terroristas. Eso sería… un gran problema.

¿Cuándo es la última vez que se ven?

👉 Sábado 8 de mayo de 2021:

—En Tel Aviv no sabíamos nada de los enfrentamientos. Román llegó el día anterior y pasamos un día relindo. Más allá de que es shabat (el día sagrado de la semana) acá hay mucha actividad. A la mañana nos fuimos en monopatín eléctrico hasta la playa. Yo bailé rikudim, una danza israelí, y él me filmó. Me acuerdo de que le decía: “¡Filmá este baile, filmá este baile!”. Después nos fuimos a comer a un McDonald’s. Caminamos por la playa de vuelta a casa y nos sacamos unas fotos.

—Esa noche, a eso de las 22, nos fuimos a cenar afuera. Estábamos súper felices porque acá no es normal la milanesa de carne y habíamos conseguido una reserva para ir a comer a un lugar famoso por sus milanesas de carne. Miramos unos capítulos de nuestra serie. Estamos viendo El inocente. Nos quedan los últimos 2 capítulos. Así que le dije: “¡Volvé pronto! No me dejes con la intriga”.

👉 Domingo 9 de mayo de 2021.

Bien temprano, Daniela se va a trabajar a la guardería y Román parte hacia la base.

Integra la unidad de paracaidistas. Toda la semana van al terreno para practicar ejercicios y dejan el celular. Entonces casi no charla con Daniela. Desde el lunes le dejan usar el teléfono: en medio de este conflicto le permiten llamarla, cada tanto.

—Está contento porque entró en una unidad en la que hay que pasar varios exámenes y es todo un logro. Tiene amigos que son como su familia y siempre están muy pendientes de él. Desde darle una golosina en la base o para invitarlo a cenar en shabat. Pero no es nada fácil. Es un gran desafío estar en el Ejército de Israel; tiene que estar muy preparado para esto.

—Es un Ejército que tiene que actuar en estos casos y ser efectivo. Es muy duro. Él siempre me dice que hay que ir para adelante. Pero es la primera vez que pasa una situación así. Me traslada mucha calma, pero sé que no está tan tranquilo, sobre todo por la falta de información. Ellos no se enteran de nada salvo cuando ven los misiles volando.

👉 Lunes 10 de mayo de 2021, Muro de los Lamentos, Jerusalén, Israel.

En las redes sociales empiezan a circular videos de los enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas, después de que se dispararan misiles desde la Franja de Gaza hacia el centro y el sur de Israel.

En un comunicado, la policía informa sobre la activación de un estado de alarma para evacuar hacia lugares más seguros a cientos de personas reunidas en el Muro de los Lamentos por la celebración del Día de Jerusalén, que marca la conquista de la parte oriental de la ciudad por Israel en 1967.

—Yo estaba en un mundo distinto. Porque Tel Aviv, pese a estar a una hora de Jerusalén, es un mundo distinto. Fui a la guardería y con los chicos estuvimos hablando de shavuot, que es una celebración para conmemorar la entrega de las tablas de la ley por parte de Dios a Moisés. Ni idea de que era el Día de Jerusalén. Caí recién  a la 1 de la tarde porque vi algo en el celu, cuando compartieron las imágenes de los incidentes cerca de la Cúpula de la Roca. Vi cómo algunos judíos marchaban con cánticos fuertes y cómo algunos árabes incendiaban cosas. Y ahí dije: “¡Hola! Estoy en Tel Aviv, pero hay algo que está pasando que se llama el Día de Jerusalén y está trayendo muchas consecuencias”. Ese día cayeron 6 misiles en el sur de Jerusalén, que es raro porque pueden tirar misiles a Israel pero nunca se toca Jerusalén por ser un lugar sagrado para los cristianos, los judíos y los musulmanes. Me empecé a preguntar qué iba a pasar al otro día.

👉 Martes 11 de mayo de 2021. 8:30:

Daniela se levanta de la cama y antes de salir de casa le llega un mensaje. Alguien de la guardería le avisa que las clases se suspenden.

—Ahí me empecé a preocupar un poco. Pensé que por algo lo estaban haciendo, que sabían algo que hasta el momento nosotros no. Y al rato el Gobierno dio alerta roja en Tel Aviv.

Están en la mira de los misiles.

—Hasta que no llega, no se imagina. Toda la vida estudié las guerras, pero hasta que uno no lo vive no puede tomar dimensión Yo no siento miedo por mí, sino por mi novio y tantos jóvenes que están en el Ejército. Ese día no salí de casa. Descansé, ordené, miré una serie y almorcé.

Es la última vez que come.

👉 20:30:

—Estaba en una videollamada con mi abuela y justo cuando le estaba diciendo que estaba todo en paz, tuve que largar todo y salir. “¡Abuela te dejo, tengo que correr!”, le dije y fui a las escaleras del segundo piso, que están resguardadas. Acá casi no hay refugios porque es una zona donde nunca pasa nada. Hay varios refugios en la calle que son públicos, pero igual no te da el tiempo para ir corriendo hasta ahí si algo pasa.

Daniela empieza a temblar. Escucha cómo los misiles son interceptados por “la cúpula de hierro” del Ejército israelí.

Escuché las explosiones sobre mi cabeza. Fue muy terrible. Fueron 17, 18, 19 estallidos en el aire, arriba nuestro. Las paredes de concreto temblaban. Yo estaba con mis vecinos, muy asustados. El corazón me latía muy fuerte. No dejé de pensar ni un segundo en mi novio. Me besaba un anillo que es jai, que significa “vida” en hebreo. Es un regalo de mi familia para cuando hice mi bar mitzvah a los 12 años. Es el único símbolo judío que tengo. Los sentía, lo tocaba como muy parte de mí. Eso me calmaba un poco.

Pasa 40 minutos debajo de la escalera.

—Cuando escuchamos la alarma, tenemos que ir al refugio y esperar 10 minutos. Pero la alarma frenaba y seguía, frenaba y seguía, frenaba y seguía. Y cada vez caían más, y más, y más, y más, y más.  En un momento pensamos que se había clamado todo y subí a mi departamento, pero volví a bajar porque sonó la sirena otra vez. Después de una hora y media, pasó. Mucha gente me escribía y traté de tranquilizarlos. Antes de irme a la cama quise sacar a mi gata de abajo del sillón, pero estaba tan asustada que no quiso salir. La dejé ahí y con mucha tensión me fui a dormir tratando de pensar que todo iba a estar bien.

👉 Miércoles 12 de mayo de 2021. 3:00:

—En la mitad de la noche volví a saltar del susto por la sirena. Yo duermo en pijama, así que me puse las chancletas que aprendí a dejar al lado de la cama y salí. Cuando estaba en la escalera volví a escuchar los estallidos. Al rato empezaron a pasar ambulancias, bomberos: “¡IU, IU, IU!”. Nunca vas a escuchar un misil sin sirenas. Es terrible porque la cúpula de hierro intercepta el 85% de los misiles que tiran desde Gaza. Pero no todos. Entonces uno impactó en un colectivo, otro en una escuela.

Daniela se duerme recién a las 5.

—“Dormir” es una forma de decir. Porque te acostás sabiendo que en 3 segundos podés estar corriendo de nuevo.

De los nervios tampoco come.

—Yo amo la comida. Me encanta. Puedo estar súper cansada, pero me cocino bien y como porque lo disfruto. Comí ayer al mediodía por última vez. Me siento al frente del plato y no puedo. No me pasa la comida. Ahora me hice un licuado y tomé unos sorbos, pero ya me llené.

No sale del departamento en todo el día. En Tel Aviv la vida sigue. Los negocios tienen las persianas levantadas, los colectivos mantienen sus recorridos. Pero la primera parte del día sólo contesta mensajes.

Y recibe una llamada de Román, su novio. Dura apenas 2 minutos y él le dice:

“No me importa que me descubran. Lo único que me importa ahora es saber que vos estás bien”.

—Después de eso siguieron los misiles. Trato de no ver muchas noticias ni videos de lo que está volando por encima de mí, pero hoy escuché un reporte del Gobierno que dice que ya identificaron 1.050 misiles. Y empezó a correr un rumor de que iban a seguir lanzando más. Eso me puso remal.

Daniela agarra una cadenita con la estrella de David, que es de Román.

—La agarré muy fuerte y sentí una conexión. No sé si a Dios, porque uno se pregunta dónde está en estos momentos. Pero sí a la fe. Sentí algo de esperanza. Sé que vamos a estar en paz. Los civiles de ambos lados no tenemos la culpa.

Hija ‘e tigres tangueros

Daniela es hija de Sergio y Adriana, la legendaria pareja bahiense de tango. Tiene un hermano: Martín.

Hizo la primaria en la 63 y la secundaria entre la 306 y la Media 12. Y asistió a la escuela hebrea, por supuesto. También dio clases de la danza israelí rikudim.

—Daniela, ¿qué es lo que está pasando entre Israel y Palestina?

—Hamas tira misiles a civiles israelíes así porque sí: el objetivo de los extremistas es matar a todos los judíos. Te hablo desde una postura centro: Israel no ataca, Israel defiende. Recibimos un montón de misiles y la Fuerza Aérea tiró bombas para aminorar los ataques. Si Israel quisiera matar a todos, como dicen, podría hacerlo porque tiene las herramientas y la inteligencia. Pero no quiere matar civiles.


(*) ✍️ Maximiliano Buss pasó por lanueva.com y por La Nación, de cuya maestría en periodismo es egresado.

Fotos: gentileza Daniela Katz


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