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Intolerancia: ¿síntoma de los tiempos en pandemia?

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Por Hugo D. Kern / Psicólogo – Jefe del departamento de Salud Mental y Adicciones del Municipio.

Bahía Blanca, como el resto del mundo, atraviesa una pandemia que altera la vida cotidiana.

Más de 1.000 personas fallecieron a causa del COVID-19 en nuestra ciudad. No se trata de números, sino de pensar lo que estas pérdidas implican para las familias y la comunidad: consecuencias económicas, culturales, políticas y subjetivas.

¿Estamos atentos a las múltiples consecuencias que esta situación tiene para la salud mental?

En este marco, en la ciudad también se dieron varias amenazas y  atentados, entre ellos, el ataque en el domicilio del director de Región Sanitaria. En los textos que acompañaron el atentado encontramos una visión ideológica autoritaria y reivindicativa donde se exhibe de forma amenazante un nivel de “inteligencia”, señalando algunos actores e instituciones locales de salud y también, condenando a los pueblos originarios en la figura de una mujer.

Sabemos que cada vez que nos encontramos en una situación crítica, la primera impresión está dominada por lo imprevisto, por el carácter incierto de irrupción abrupta. Cuando podemos pensar sobre lo acontecido, la crisis comienza a perfilarse en una historia pasada y los recuerdos reaparecen revelando sus causas, sus orígenes e incluso sus soluciones.

Foto: LB24.

Cuando no encontramos una racionalidad que nos explique un acontecimiento, tendemos a recurrir a la “locura” y sus metáforas como forma de explicación: “la obra de un loco”. Podríamos afirmar que nunca se trata de un “loco” suelto, es siempre una serie de vínculos, una producción colectiva. Las luces y sombras de una cuidad son el resultado de interacciones en todos los órdenes de la vida. Estos productos pueden ser esperados y hasta planificados, pueden contribuir al bienestar, pero también los hay indeseados, destructores…

Desde ya, es más fácil identificarse con los aspectos creativos que reconocerse en los malsanos. Es muy humano creer que “lo malo viene de afuera”. Así, buscamos como sociedad un lugar donde “depositar” nuestra locura, alejándola de nosotros y pensando que no tenemos nada que ver con ella.

La necesidad de construir un enemigo y de sostenerlo en el tiempo, de definir lo diferente como conflictivo, como enemigo a aniquilar, se debe a que la estrategia de un “enemigo común” mantiene unido a un grupo fragmentado, aporta una explicación y da un sentido delirante a la realidad.

En el proceso social que se pone en marcha se establece un enemigo imaginario que resulta estigmatizado por considerarlo una amenaza. Esta forma de tratamiento social de los conflictos y las diferencias encuentra su expresión en el racismo, que no es cosa del pasado.

Imagen: La Nueva.

Lo que define una crisis es justamente la pérdida de un equilibrio alcanzado. La crisis en sí es un momento de desequilibrio y persiste hasta tanto se pueda lograr un nuevo equilibrio a través de los cambios. En estos desequilibrios vuelven a reaparecer ideas y tendencias que creíamos superadas, de allí la impronta de un pasado que retorna.

En estas situaciones se demuestra la creatividad del imaginario colectivo y las tendencias regresivas y destructivas de nuestra comunidad, que sacan lo mejor y lo peor de nosotros.  Estas reacciones, hasta un punto esperables en momentos de crisis, son mecanismos de defensa.

Si tomamos una crisis común a la historia de cada uno de nosotros, cuando nos toca atravesar un duelo transitamos distintas etapas en el proceso, que van de la negación delirante de la realidad hasta la trasformación del dolor en sentimientos de ira. Así, los duelos importantes que atravesamos a lo largo de nuestra vida, cuando podemos aceptarlos y elaborarlos, son como los anillos de un árbol que marcan los tiempos y dan fortaleza a la madera.

En el proceso del duelo, el tiempo parece detenerse. Justamente el análisis es encontrar la posibilidad para que la vida de cada uno y del conjunto pueda fluir, y transformarse en una vida que merezca la pena ser vivida. Tanto individuos como comunidades pueden quedar atrapados en duelos no elaborados que llevan a insistir en el fracaso y el sufrimiento colectivo.

En el texto que acompañó el atentado se exponen las teorías conspirativas sobre la pandemia que, según esa versión, sería un invento macabro cuyo objetivo es el control y sometimiento de la población. Desconfianza y suspicacia que por un lado nos hablan de la fragilidad y vulnerabilidad de un grupo; y por otro, de la utilización política del sufrimiento colectivo. Todo desde una dimensión del anonimato y la virtualidad.

Estas siniestras manifestaciones tienen una historia local y nacional: antisemita, antiaborigen, antidemocrática y antivacuna. Desde la perspectiva de la cultura local, por ejemplo, la letra original del himno a la ciudad expresa una posición ideológica que atraviesa los tiempos. Este contexto no trata de una discusión sobre la racionalidad de una acción, sino de reconocer las trazas de un estado emocional desregulado.

Y yendo a un hecho de apariencia banal, el año pasado la Municipalidad realizó un concurso para cambiarle el nombre al parque “Campaña del desierto”, una iniciativa de sostener otra perspectiva de la historia que sea respetuosa de los pueblos originarios. La reacción fue rápida: el nombre que ganó fue “Julio Argentino Roca”, un síntoma que no pasó inadvertido.

Foto: La Nueva.

No trato de responsabilizar a ningún grupo en particular, sino de marcar la continuidad de algunas ideas que se repiten sin pensar, y que de forma corriente convierten cuestiones sociales e históricas en un eterno “River-Boca” que perpetúa la cultura del aguante.

Los actos de venganza, tan comunes en nuestra historia, que se sustentan en el resentimiento y el odio, tienen la inexorable consecuencia de profundizar el sufrimiento.

Desde una perspectiva del trabajo en salud mental, pérdidas, muertes y miseria, el sufrimiento no nos hacen mejores. Es más, si no se elabora de forma psicosocial, tiende a producir una serie de repeticiones que perpetúan el dolor, heridas que construyen profecías autocumplidas, que demuestran que la realidad social se constituye sobre la base de lo que interpretamos y significamos sobre la realidad.

Si como comunidad nos convencemos de que somos “un desastre sin solución”, nuestro destino se ata al fracaso.


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🚲 Movilidad sustentable en Bahía Blanca: los 8 desafíos que tenemos por delante

Otra edición de “Voces”, el espacio de 8000 para que se hagan sentir distintos referentes y especialistas de nuestra Bahía.

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Por Guillermo Liverotti | Presidente de la ONG Plataforma Sustentabilidad Integral

El 16 de septiembre comienza la Semana de la Movilidad Sustentable y en Bahía Blanca nos encontramos con los siguientes desafíos en cuanto a la temática.

1. Congestión y flujo de tráfico

Vemos que la infraestructura vial no se ha adaptado al crecimiento del parque automotor, al aumento de la población y al crecimiento de la ciudad, por esto la congestión es un problema persistente, afectando los tiempos de viaje y la calidad de vida de los ciudadanos.

2. Transporte público ineficiente

Dado que el sistema de transporte público no es eficaz, asequible y atractivo para los residentes, es por eso que las personas siguen optando por vehículos privados,
lo que aumenta la congestión y la contaminación.

3. Falta de inversión en movilidad sostenible

La no implementación de medidas para fomentar la bicicleta y caminata hacia las zonas externas al centro junto a la ineficiencia del transporte público mencionada anteriormente generan la dependencia en gran medida de los automóviles.

4. Seguridad vial

Dado que no existen acciones concretas de educación vial para una mejor convivencia vial, los problemas de seguridad en las calles persisten, generando siniestros viales y un riesgo constante para peatones y ciclistas.

5. Impacto ambiental

La contaminación del aire y el impacto ambiental relacionado con el tráfico vehicular afectan notablemente la calidad del aire y calidad de vida de las personas, contribuyendo así al cambio climático no deseado.

Fotos: Juan Corral

6. Integración modal y planificación urbana

La planificación urbana existente no está fomentando la integración de diferentes modos de transporte, por esto no logramos tener una movilidad fluida y sostenible.

7. Participación ciudadana

El no involucramiento a la comunidad en la toma de decisiones sobre proyectos de movilidad y recoger sus comentarios y necesidades, no permite crear soluciones efectivas y respaldadas por la población.

8. Educación y concientización

Promover la educación vial, la concientización sobre los beneficios de modos de transporte sostenibles y la importancia de compartir la carretera es un gran desafío que debemos afrontar generando una mejor convivencia vial.


🚲 Es la 6° de la Semana de la Movilidad Sustentable y se hará entre el 16 y el 22 de septiembre. Habrá actividades innovadoras como una premiación a empresas y personas que trabajan diariamente con una mirada sustentable.

👉 Para más información sobre la PSI y sus actividades, podés visitar su Instagram (@psibahiablanca) o Facebook (@plataformadesustentabilidadintegral). O al email platsustentabilidadintegral@gmail.com


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⚠ El trauma y la epidemia silenciosa: lesiones asociadas al tránsito vehicular

Otra edición de “Voces”, el espacio de 8000 para que se hagan sentir distintos referentes y especialistas de nuestra Bahía.

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Por Gustavo R. Piñero | Especialista en Emergencias y Terapia Intensiva


Habitualmente hay una tendencia a utilizar palabras como sinónimos o equivalentes, pero que conceptualmente difieren sustancialmente. Así, vemos diariamente el uso de las palabras “accidentes de tránsito” para describir los “siniestros viales” que día a día aquejan a nuestra sociedad. 

Cuando se habla de accidente se está haciendo referencia a un hecho fortuito, azaroso, una situación incapaz de prevenirse o controlar. Sin embargo y en la senda opuesta, se encuentra la palabra siniestro o incidente: hecho previsible, evitable y controlable.

Por esta razón, la mayoría de los eventos que suceden en calles y rutas se consideran siniestros, ya que por lo general se podrían haber evitado, sobre todo porque aproximadamente el 80 % involucra un error humano voluntario o involuntario.

Foto: La Nueva.

Los siniestros viales desde el punto de vista sanitario son causantes de lo que llamamos enfermedad “trauma”, la cual es definida como un daño intencional o no intencional producido al organismo debido a su brusca exposición a fuentes o concentraciones de energía mecánica, química, térmica, eléctrica o radiante que sobrepasan el margen de tolerancia del cuerpo humano.

La enfermedad trauma es la responsable de la tercera causa de muerte cuando se consideran todos los grupos etarios, la primera causa de muerte entre 1 y 45 años y la responsable de 3 de cada 4 muertes en niños. Sumado a la mortalidad y los costes sanitarios generados, existe una enormidad de costos ocultos de la enfermedad trauma asociados a la cantidad de años potencialmente perdidos en un grupo social laboralmente activo, dado que los grupos jóvenes son los más afectados.

A pesar de todo esto, el trauma es considerado la “enfermedad socialmente negada de los tiempos modernos”, aquella que llama la atención mediática en el momento del incidente cayendo posteriormente en el olvido y la soledad. Solo aquellos directa o indirectamente afectados, como las familias, pueden dar cuenta del verdadero impacto social, económico y afectivo que provoca la enfermedad trauma.

Foto: LU3.

Más de 5 millones de personas fallecen cada año debido a lesiones en el mundo, lo que representa aproximadamente el 10 % de la mortalidad global. El 90 % de las muertes asociadas a colisiones vehiculares ocurre en países de ingresos medianos y bajos, aunque llamativamente estos países solo tienen el 53 % de los vehículos registrados en el mundo. Esto marca también una connotación social de la enfermedad trauma.

A nivel mundial, el trauma se asocia con un costo anual económico de aproximadamente 670.000 millones de dólares en gastos médicos directos y pérdida de la productividad laboral. En el caso de los incidentes viales alrededor de 1,2 millones de personas mueren anualmente por este motivo y un adicional de entre 20 y 50 millones sobreviven, pero sufren discapacidades desde leves a graves, con costos globales estimados en alrededor de 160.000 millones de dólares anuales.

En 2002 una de las revistas médicas más prestigiosas definió a la enfermedad trauma por lesiones vehiculares como una verdadera “Guerra en las calles”. Sin embargo, como sociedad todavía no hemos asumido la magnitud del problema y seguimos discutiendo leyes como “alcohol cero al volante”, de probada efectividad en todo el mundo.

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⚠🏍 Datos de Argentina

En nuestro país, las muertes diarias asociadas a siniestros viales varían según las fuentes consultadas, pero ambas muestran cifras inaceptablemente altas, lo cual nos pone entre los países de Latinoamérica de mayor inseguridad vial:

Si bien en los últimos años hay un descenso de las cifras, todavía hay mucho camino por recorrer en la cultura de la seguridad vial.  

El 42 % de los afectados tiene entre 15 y 34 años, y 8 de cada 10 pertenecen al sexo masculino. Las motos son un grupo de especial atención dado que 4 de cada 10 siniestros (año 2021) involucra este tipo de vehículo que llamativamente solo representa el 34 % del parque vehicular de todo el país, pero llegando a superar el 50 % del parque automotor en el noroeste y noreste de nuestro país.

Otro dato preocupante es que en los incidentes que involucran motos el 50 % fallece, debido muchas veces al no uso del casco o al uso de cascos de mala calidad.

👉 Debemos reflexionar como sociedad tratando de imaginar la magnitud de esta verdadera epidemia, y no solo visualizarla en los portales de noticias como “el accidente de cada día”.

👉 Debemos entender que en nuestro país tenemos miles de muertes y discapacidades evitables con programas serios, multidisciplinarios, que involucren todos los grupos técnicos e interesados en modificar esta triste realidad.

😔 Cifras que duelen

En la tabla siguiente se muestran hechos dolorosos en nuestra historia como país y su comparación con la problemática de la seguridad vial:

¿Cuántos muertos y lesionados graves estamos dispuestos a asumir como sociedad, antes de parar esta epidemia silenciosa que nos arrebata las generaciones más jóvenes? 

Comprender que los mal llamados accidentes tienen causas que pueden ser evitadas equivale a dar un gran paso en la implementación de medidas destinadas a: 

  • evitar que se produzcan nuevos hechos traumáticos (prevención primaria);
  • asegurar que si ocurren, la persona se encuentre protegida para disminuir así la severidad de las lesiones o la mortalidad (prevención secundaria);
  • producida la lesión, que la persona lesionada reciba una atención precoz, adecuada, equitativa y eficiente para permitir que se reintegre a la sociedad con el menor número de secuelas físicas y funcionales.

✍️ Sobre el autor

El doctor Gustavo R. Piñero (MP 1645) es especialista jerarquizado en Emergencias y Terapia Intensiva.

También, profesor adjunto de Medicina Crítica y Emergencias Departamento de Ciencias de la Salud UNS y director de Atención Hospitalaria en el Municipal.


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✊ Violencia de género en Bahía: asumir nuestra responsabilidad en la lucha para alcanzar la igualdad real

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Por Nora Cecilia Dinoto | Integrante de la Red Local Violencia de Género


Desde la Red Local Violencia de Género Bahía Blanca decimos que hacer la denuncia es un derecho de todas las personas que son víctimas de alguna forma de violencia por razón de género: las autoridades policiales y judiciales tienen el deber de protegerte.

Diego Ortiz, abogado y especialista en violencia familiar, expresa:

Los y las profesionales deben entender que la denuncia de violencia familiar no es sólo un trámite escrito, sino que es un instrumento de resguardo y/o protección de los derechos de las mujeres que solicitan una medida cautelar, un freno, un coto.

Fotos: gentileza de la entidad.

No todas las personas que por razón de género transitan situaciones de violencia están preparadas o dispuestas a realizar la denuncia. De allí que existan espacios previos para ser escuchadas, asesoradas, romper con el silencio, la vergüenza o el miedo en el cual están inmersas.

Para que la denuncia represente un instrumento de protección es necesario que la respuesta que debe darse sea integral. Es imprescindible la intervención judicial, pero no es suficiente. Uno de los principales desafíos que debemos lograr es la coordinación y articulación de los servicios que intervienen en el abordaje de las violencias desde la horizontalidad de la acción.

No parece fácil de lograr a primera vista, pero necesitamos desnaturalizar la intervención fragmentada y reconocer la necesidad de acordar con otras organizaciones gubernamentales y no gubernamentales intervenciones eficientes en el tiempo.

Lo que determina el carácter urgente en una situación de violencia de género es poder evidenciar a través del relato el riesgo potencial o real ante el cual está expuesta la mujer y su grupo familiar (hijas e hijos).

Ir desnaturalizando junto a ella una realidad que ella misma describe y que vive a diario, en forma recurrente, lo que la lleva a naturalizar las manifestaciones de todo tipo de violencia; minimizando, en algunos casos, las señales de peligro.

Un recurso muy valioso y necesario es tener conocimiento de un registro de la “ruta crítica” que fue trazando la persona que transitó o transita situaciones de violencia de género.

Eso nos aportaría la información que necesitamos para conocer cada una de las intervenciones y/o respuestas que se han ofrecido desde las distintas organizaciones a las mujeres que transitan situaciones de violencia: qué respuesta se dio, cómo y para qué (serviría también como una autoevaluación para cada organización que intervino).

Probablemente surja un registro de las medidas de protección que le fueron otorgadas si hizo denuncias previas. Entonces, evaluar la posibilidad de modificar las medidas, o si hubo incumplimiento de las medidas por parte del denunciado, etcétera.

👉 Desde la Red Local Violencia de Género Bahía Blanca hemos intentado profundizar las realidades de las mujeres que transitan situaciones de violencia con la finalidad de brindar un abordaje integral desde la prevención, asistencia y acompañamiento, optimizando recursos, ordenando los niveles de intervención, evitando la revictimización.

👉 Hoy se suman otras organizaciones sociales que fueron surgiendo para dar respuesta a las demandas y/o necesidades en los distintos territorios que habitan las mujeres que transitan situaciones de violencia por razón de género.

👉 El Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual optimizó recursos como la línea 144, que ha perfeccionado su intervención haciéndola más eficiente y operativa, transversalizando el enfoque de género en el estado provincial.

👉 El compromiso de la ciudadanía que ante una situación amenazante de violencia llama al 911 para que intervenga.

👉 Servicios de orientación y asesoramiento legal, etcétera.

Lo cierto es que sólo si somos capaces de denunciar las situaciones de desigualdad, de discriminación y de violencia; sólo si vemos las consecuencias que tienen, en esas mujeres y en la sociedad en la que convivimos; sólo si somos capaces de responsabilizarnos e implicarnos como ciudadanas y ciudadanos en esta lucha; sólo de esta manera seremos capaces de inmunizarnos y alcanzar así la igualdad real entre mujeres y hombres.

📲 Contacto

  • Facebook: Red Local Violencia de Género, Bahía Blanca
  • Correo electrónico: redviolenciabahiablanca@gmail.com.
  • Situación de riesgo: 911 o la línea 144.
  • Mensajes por WhatsApp o Telegram: 221-508 5988 o 221-353 0500 (las 24 horas, los 365 días del año).

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